E.·.L.·.A.·.B.·.R.·.L.·.S.·. José de San Martín Nº 36
Fundada el 11 de junio de 1924 E.·.V.·. en el Vall.·. de Lima
Que tu marcha de este valle de lágrimas R.·.H.·. Alberto Arróspide Espinoza se haya producido el día de Santo Tomás de Aquino, filósofo aristotélico que compatibilizó la razón con la fe, es una inexcusable señal, no me cabe duda, de que reposas en el cielo por la gracia de Dios, que habrá tenido presentes tus muchos méritos como hombre de bien y abnegado masón.
El entrañable R.: H.: Alberto Arróspide pasará a la historia de la Masonería Peruana como el único – no conozco a otro - que tuvo memoria viva y actuante. Fui testigo privilegiado, como muchísimos hermanos, de ese portento memorial para poder verbalizar los Tres Rituales sin valerse de ellos. Nunca los leyó cuando ejecutaba un ceremonial.
Cuando conducía la Ceremonia - de cualquier Grado - lo hacía con ímpetu, plenitud, sentido, aplomo y profundo dramatismo. Y ese excepcional proceder causaba disfrute, admiración y a todos nos producía un sentimiento de supremo orgullo de pertenecer a la Masonería.
Afirma el pedagogo y ensayista español Gregorio Luri que el aprendizaje no memorístico de cualquier materia es una "soberana imbecilidad". "Si lo aprendido no está en la memoria, no está". Se está, por el contrario, en la servidumbre voluntaria de la desmemoria.
Por esta razón, es apropiado y en un país de instituciones desmemoriadas poner de relieve la figura del R.: H.: Alberto Arróspide quien vindicó y encarnó la memoria actuante por lo que en justicia debería merecer un homenaje mayor, el que se debe siempre brindar a los ejemplarizantes y a los Preclaros Masones.
Tenemos que honrar su memoria y elogiar su increíble capacidad de retener palabras, datos e historias porque con su conducta también nos demostró que algunos masones todavía pueden ser realmente venerables, en toda la extensión de la palabra.
Nunca se dejó seducir por la corriente del oportunismo, por la inercia de las fraseologías de la astrología o del ocultismo, sino que siempre quiso forjar su visión responsable con el objetivo filantrópico que cumple la Masonería y darla a conocer en sus discursos y arengas, desde una meditada perspectiva personal, como bien lo saben quiénes lo conocieron con empeño.
El R.·. H.·. Alberto dejó de asistir a su Primigenia Logia porque quisieron domarlo, reprimir las verdades que consideraba necesario decirlas, apartarle de su obligación de pensar con claridad y hablar sin miedo, por eso recaló y fue recibido con generosidad y beneplácito por la R.·. L.·. S.·. José de San Martín N° 36.
Quienes lo conocimos recordaremos su inolvidable figura, su andar presuroso, su interminable lucha interior y aquel decir suyo cortante y aguzado, y ese singular humor que a pesar de su ceguera, se acentuó con los años.
Todos somos irrepetibles, pero el R.·. H.·. Alberto Arróspide Espinoza más que nadie.
Un doloroso T.·.A.·.F.·.
R.·. H.·. Jorge Godenzi Alegre
B.·. R.·. L.·. S.·. Andrés Cordano Cavagnaro Nº 154